" Un viaje eterno hacia una Naturaleza abrumadora.."

Tras un largo viaje de más de un día de duración, alternando autobús y avión, por fin pisamos territorio latinoamericano y llegamos al aeropuerto de  Costa Rica donde nos recibió un agradable calor húmedo y pegajoso que nos hizó olvidarnos de golpe del frío invierno que nos esperaría en España. Nos alojamos en un hotel antiguo y en otros tiempos lujoso situado en uno de los barrios mas populares y transitados de San José. Descansamos lo que la luz del dia nos dejó (ya que aquí amanece sobre las 5 de la mañana) y pusimos rumbo a nuestro siguiente destino, Ticuantepe. La llegada al centro se hizo larga pero la bienvenida mereció la pena, disfrutamos de una cena típica saboreando el caballobayo, bebiendo el famoso flor de caña y bailando y cantando a ritmo de mariachi. 

El día de hoy de nuevo ha empezado bien temprano y tras un inmenso desayuno con gallopinto, huevos revueltos, queso y salsa ranchera nos hemos puesto en camino para llegar a la reserva natural del volcán Mombacho. Hemos recorrido una de sus laderas, hemos visto uno de sus cráteres y sus famosas fumarolas con intenso olor a azufre. La riqueza de su paisaje, la diversidad de su fauna y el colorido de su flora son increíbles, su naturaleza te envuelve y te atrapa haciéndote viajar a lugares insospechados. A sus pies hemos navegado por el lago de Cocibolca, el lago de agua dulce más grande del mundo y el único en el que habitan tiburones blancos, bordeando sus más de 200 islas montados en una lancha de madera.  La ciudad de Granada ha sido nuestra siguiente parada con sus casas coloniales y su influencia  claramente española. La experiencia  ha sido imborrable y estamos conociendo poco a poco la realidad del pueblo nicaragüense que nos está conquistando con su humildad y hospitalidad.